Esto a los heteros no les pasa

La gente se confunde mucho con el término igualdad. Por supuesto que tenemos que ser todos iguales en derechos y obligaciones, seamos gais, heteros, blancos, negros, hombres, mujeres... Pero eso no significa, ni mucho menos, que todos tengamos que ser iguales. Si todos fuésemos iguales, el mundo sería un desastre. Imagínate, por ejemplo, que todos fuésemos iguales a César Vidal, que es tan feo que no pongo la foto para no perder audiencia.

Ser todos iguales es un desastre. Incluso
si todos fuésemos iguales a este, al final
nos aburriríamos. Pero, como el de la foto
es único, en lugar de eso nos deleitamos.

En fin, a lo que iba, que me pongo a decir tonterías y a divagar y luego no llegamos a ningún lado: que ser iguales en derechos (porque lo de ser iguales en obligaciones no lo discute nadie) no tiene nada que ver con ser iguales como personas. La gracia es ser distintos. Por eso mola viajar, porque los franceses son distintos a los ingleses, por mucho que tú te los tiraras a todos sin pensártelo, tal vez por tu carácter abierto y espontáneo, tal vez porque eres de los que se meten en un cuarto oscuro y pierdes el control que es cosa mala, no lo sé, tampoco vamos a juzgarte. Y el que no puede viajar, se va al barrio chino/latino/moro que hay en toda ciudad mínimamente cosmopolita, y lo mismo es. Bueno, lo mismo lo mismo no es, pero los gais somos muy de mundo interior.

Es evidente que los heteros y los gais somos distintos. Si no, a ver de qué llevaríamos ya casi tres meses con este blog. Hay gente que se empeña en ser como un hetero cuando es gay (lo cual a nosotros solo nos parece adecuado si se trata de seducir a un hetero siguiendo nuestro método de infiltración), y por culpa de eso se pierde la magia de esos grandes momentos. A los heteros les pasan cosas que a los gais no nos pasan... y viceversa. Puede ser divertido, o puede ser un drama. O puede ser las dos cosas, porque como dijo el sabio (porque no recuerdo quién lo dijo, pero era famoso, eso seguro), el humor es drama más tiempo.

Total, que todo este rollo tiene solo dos propósitos:

• Poner la foto del chulazo que está justo encima de estas líneas, que nos puso tan berracos que nuestra conciencia nos obligó a compartirlo.
• Mostraros el vídeo que tenéis justo debajo, que dura solo 30 segundos y nos parece una obra maestra. El corto se titula Esto a los heteros no les pasa, así que con eso está todo dicho.