No deja de ser paradójico que resulte tan difícil encontrar literatura LGTB en bibliotecas públicas españolas, y sin embargo el libro llegue a bibliotecas públicas de Nueva York a petición de un bibliotecario que apoya la diversidad y, sobre todo (tal vez esta sea la diferencia), tiene la libertad de elegir los títulos que llegan a las estanterías.
Ojalá algún día podamos decir que el libro está en una biblioteca pública española, más allá de los pequeños espacios habilitados por asociaciones LGTB. Por lo pronto, celebramos y queremos compartir con vosotros este nuevo avance en nuestro plan de dominación mundial. Por cierto... ¿Tienes ya el libro en tu biblioteca?
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